En el marco del Programa de Información Ciudadana de CONABIP, la biblioteca popular se estableció como un espacio de capacitación, consulta, asesoramiento y guía de gestión de la información en la Era Digital. Destinado a todos los ciudadanos y ciudadanas, pero especialmente para las personas que carecen de herramientas a la hora de realizar trámites online o de buscar información útil para sus vidas cotidianas, la biblioteca se estableció como un centro de formación de estos saberes. De este modo la biblioteca brinda un espacio permanente de consulta para realizar gestiones “a distancia”, pero sobre todo un lugar que capacita personas. Así lo define Mariel Santiago dirigente de la entidad misionera: “Nosotros no damos información; enseñamos a buscar información y también como se puede usar esa información. Por eso es importante el servicio de Información Ciudadana. Una señora nos decía:¨vengo a la biblioteca y parece un kiosco, porque hay cola¨. Resulta que la señora nos señalaba que se formaba una fila de personas justamente por el Servicio de Información Ciudadana. Y eso es buenísimo para la biblioteca. La biblioteca es mucho más que un ciber, donde puede haber computadoras y se pueden realizar los mismos trámites. Porque en la biblioteca siempre vamos más allá en el asesoramiento, en guiar y capacitar a quien lo necesite. De hecho, algunas mujeres venían por algún trámite con sus hijos. Resulta que esos momentos eran oportunos para promover la lectura e invitábamos a los chicos a pasar al sector infantil y darles un libro para que lean mientras su madre realiza el trámite”. Señala que el Programa de Información Ciudadana les brindó a las bibliotecas la oportunidad de crecer como institución porque a través de los tallares de capacitación, consolidó a la entidad como un polo democrático: “Estoy hace 24 años en la biblioteca popular y cuando llegué era un saloncito chiquito. Ahora son tres salas enormes. La biblioteca popular creció y al Servicio de Información Ciudadana le agradecemos que nos permita democratizar la información y cumplir con un rol importantísimo en la sociedad. Mariel Santiago también subrayó como fue el impacto de estos talleres de capacitación en la comunidad: “La recepción fue buenísima. Hubo que poner un tope porque se inscribieron muchas personas. Además, el boca en boca funcionó mucho. De hecho, en algunos colegios secundarios, estaban por implementar para sus estudiantes este tipo de capacitaciones, se dio que distribuyeron mi contacto y varios docentes me llamaron para tomar esta capacitación. Nos establecimos en la comunidad como una referencia de estos conocimientos. Al principio pensábamos que se iban a inscribir personas no escolarizadas o poco escolarizadas o adultos mayores. Sin embargo, se inscribieron también docente de todos los niveles educativos. Recuerdo la presencia de personas muy jóvenes y altamente escolarizadas que vinieron a capacitarse porque este tipo de dificultades atraviesan a todos los sectores sociales”. A su vez consideró el rol de las bibliotecas populares en este Siglo XXI: “Hay muchas bibliotecas que están haciendo información ciudadana sin saberlo, estén o no inscriptas en este Programa de CONABIP, porque las bibliotecas populares están abiertas y de hecho están apoyando a la comunidad en general en estos aspectos: tramites a distancia, promoción de derechos o cómo usar las tecnologías de comunicación que son los teléfonos móviles. Eso es la alfabetización digital: democratizar la información en un mundo atravesado por las tecnologías”.