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<em>“Habíamos hecho una revisión de toda la colección y las donaciones, separando los libros repetidos para darles un destino más útil. Al pensar la actividad para la Maratón, decidimos soltar los libros repetidos para que encuentren su lector en el pueblo.<br />
Con voluntarios que se pintaron y vistieron para la ocasión se hizo el reparto. Se llenaron una camilla y una carretilla con libros y se repartieron en el centro, entre los pasajeros de transporte urbano. En el barrio La Punilla donde se repartieron libros casa por casa. En algunas se formaron espontáneas ruedas de lectura.<br />
En la puerta de la biblioteca se instaló una mesa con libros para que elijan y se lleven los transeúntes. La respuesta de la gente fue muy buena, con muchas sonrisas, alabando la idea, todos muy gratamente sorprendidos.<br />
Ahora esos libros andan dando vuelta por el pueblo, algunos habrán encontrado su lugar, otros no sabrán dónde meterse, otros tal vez, regresen en alguna donación. Mientras tanto, algo habrán dicho”.<br />
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